A) INTRODUCCIÓN
- Estamos en el núcleo temático VII (“Por el bautismo nacemos a la vida nueva”) del Catecismo Jesús es el Señor. Después de dedicar el pasado encuentro con los padres a los sacramentos como encuentros con Jesús, queremos celebrar hoy el amor de Dios nuestro Padre expresado en el sacramento que nos convirtió en sus hijos y miembros de su familia: el bautismo. Se corresponde con el tema 28 de Con Jesús y con su Iglesia de la editorial San Pablo (pág. 24-27), Creo en Jesús 2 de la editorial PPC (pág. 29-34) y Venid y veréis de la editorial PPC (47-53).
- Conviene que los niños hayan tratado en catequesis el tema del bautismo antes de la celebración. También puede ser conveniente haber visto el 29 (“Crecemos en la vida de fe”) que habla fundamentalmente del Espíritu Santo y del sacramento de la confirmación.
- La duración de esta celebración está prevista para toda la sesión de catequesis, es decir, unos 50-60 minutos.
Material necesario:
-Guión para la celebración: La alegría de recordar nuestro bautismo.
- Situar la pila bautismal (si es móvil) y el cirio delante del altar. Si la pila es fija el cirio pascual se coloca al lado de la pila.
-Poner junto a la pila bautismal un recipiente con agua bendecida. También tantas velitas como niños participen en la celebración (mejor si los niños traen la de su bautismo). En consecuencia, invitar a los niños a que traigan la vela de su bautismo (si la tienen en casa).
- Poner en una mesa (delante del altar): un recipiente (tipo balde) con agua, una piedra, una esponja, una jarra y unos vasos. Además colocar los tres aceites que se utilizan en los sacramentos: el óleo para los catecúmenos, el crisma y el óleo para los enfermos.
Material catequético complementario
-Conocemos y caminamos con Jesús 3 [Sevilla], Guía del catequista, pp.138-143. Vivimos la fe en la Iglesia [Región del Duero] 27-29. Jesús es nuestro Salvador 2 (Madrid) 99-102. Luz, libro de padres 86-93 y catequistas de padres 92-94. Tarea de ser persona, CCS 5, 143-145.
B) OBJETIVOS
oQue todos los que participan en la catequesis parroquial tengan una celebración festiva sobre el bautismo.
o Reflexionar sobre los signos principales del bautismo.
o Acostumbrarse a rezar en casa el Padrenuestro.
C) DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN
* Para preparar bien la celebración:
- Invitar a los padres a que le hablen a su hijo/a de la celebración de su bautismo (del hijo): cómo vivieron el día, qué recuerdan como más significativo. Sería bueno que los padres se apoyasen para ese diálogo en fotos y/o video del bautismo (si lo tienen). Además conviene decirles a los niños que les pidan a sus padres que les hablen en casa de su bautismo.
- Animar a los padres para que transmitan a su hijo que para ellos el bautismo no fue un mero acto social y familiar sino una opción que tomaron porque creían que hacerle hijo de Dios e incorporarle a su familia (la Iglesia) era algo muy bueno y valioso para él y para toda la familia.
Puede acabarse ese ratillo de diálogo padres-hijo sobre el bautismo encendiendo la vela del bautismo (si la conservan en casa), dando gracias por el bautismo y rezando juntos –cogidos de la mano- el padrenuestro.
- Pedirle a los niños que traigan a catequesis una fotografía de su bautismo (si no es posible traerlas de su propio bautismo que las traigan de otro bautismo cualquiera que encuentren en alguna revista). Hacer un mural con ellas y las palabras claves en relación a las personas (padres, padrinos, niño que se bautiza, sacerdote), objetos y signos que aparecen.
El catequista dialogará con los niños sobre el mural: personas que aparecen y cuál es su tarea; objetos y signos que se utilizan y su sentido y significado. Finalmente invitará a los niños a que expresen lo que les parece más importante de un bautismo.
* Celebración propiamente dicha
La celebración puede realizarse todo el tiempo en el mismo lugar (iglesia, capilla o sala) de manera estática o moviéndose de un lugar a otro.
1. A LA PUERTA DE LA IGLESIA O CAPILLA
- Se reúnen ahí todos: niños, padres y familiares, catequistas, guía y sacerdote.
- Monición de entrada (leída por un niño): “Siendo muy pequeños, nuestros padres y padrinos nos llevaron a la iglesia para bautizarnos. Hoy vamos a recordar aquel día y tratar de entender lo que entonces, por ser tan pequeños, hicimos sin darnos cuenta.
Comenzamos a la puerta para expresar que el bautismo es el sacramento por el que entramos en la familia de Dios (la Iglesia) como hijos. Fue una alegría grande para nuestras familias y sobre todo para Dios.
Entonces el sacerdote, nuestros padres y padrinos nos hicieron en la frente la señal de la cruz para expresar su fe en el amor de Jesús que nos quiso y quiere tanto que fue capaz de morir por nosotros en una cruz. Ahora vamos a repetir este gesto”.
a) Si todos los niños están bautizados: Si están los padres le hacen la señal de la cruz a su hijo/a. Si faltan se la hacen el/la catequista o el sacerdote. El niño le dará un beso en agradecimiento.
b) Si hay algunos niños que todavía no han sido bautizados se desarrolla con mayor detenimiento este momento de la signación.
Se comienza con una monición especial leída por un catequista: “La señal de la cruz es un signo de amor y una confesión de fe en Jesús que nos amó hasta dar la vida por nosotros. También es un signo de nuestra pertenencia a Cristo y un gesto de acogida en el seno de la familia de los hijos de Dios.
La señal de la cruz no sólo es una marca sobre la piel sino que debe marcar todo un estilo de vida a imitación de Jesús que entregó su vida por nosotros en la cruz. Es también una invitación a estar muy atentos a las cruces de todos los que sufren y a ayudarles a llevar la cruz”.
A continuación a cada niño no bautizado el sacerdote le hace la señal de la cruz. Después sus padres y su catequista. Por su parte, cada uno de los compañeros del grupo de catequesis les dará un abrazo.
Después los niños bautizados son signados por sus padres y si faltan por su catequista.
- Acaba este primer momento, dirigiéndose los niños hasta los bancos delanteros de la iglesia o capilla. Mientras lo hacen pueden cantar todos “Qué alegría cuando me dijeron”.
Qué alegría cuando me dijeron
Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa de Señor. Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.
2. A LOS PIES DEL PRESBITERIO
- El sacerdote puede hacer la siguiente oración: “Padre Dios, te pido por estos niños y sus familias que un día los trajeron a la iglesia para que pudieran recibir el bautismo. Ilumina hoy sus vidas para que puedan renovar su unión a ti. Por Jesucristo nuestro Señor”.
- Se proclama la Palabra de Dios con una lectura evangélica y se tiene un breve diálogo con los niños a partir del texto elegido. Algunos textos podrían ser:
Jn 15,5-11: La vid y los sarmientos. Bautizarse es unirse a Jesús como una rama a un árbol. Así tiene vida a través de la savia. Cuando se corta una rama o una flor al principio parece que no pasa nada pero con el tiempo acaba muriendo del todo.
Jn 3,1-5: Hay que nacer de nuevo. Bautizarse es renacer del agua y del Espíritu. El agua es necesaria para la vida (por ejemplo, la vegetación que brota a la orilla de los ríos). Una persona sin espíritu está muerta, es un cadáver.
Mt 5,13-16: Vosotros sois la sal de la tierra y la luz del mundo. Por el bautismo los cristianos estamos llamados a ser luz y sal. La luz ilumina y guía en medio de la oscuridad; la sal da sabor a los alimentos.
- Después se realiza la siguiente dinámica con el agua.
o El sacerdote o guía dialoga con los niños sobre el agua: “¿Es importante para nuestra vida? ¿Para que la utilizamos habitualmente? Nuestros cuerpos están formados en un 70% de agua, nos servimos de ella para lavarnos, para beber (vivir), para refrescarnos, para jugar. Nos gusta zambullirnos en ella (playa, piscina). El agua, además, produce inundaciones y muertes”.
o Después puede preguntarles a los niños sobre el agua en la Biblia: “¿Qué pasajes de la Biblia recordáis en los que desempeñe un papel importante el agua?” La respuesta tendría que ser: en la creación, en el diluvio, en el paso del mar Rojo, en el bautismo de Jesús, el agua del costado de Jesús…
o Continúa la dinámica reflexionando con los niños y sus padres sobre la actitud que podemos tener con el agua:
a/ Si se utiliza el balde, la piedra y la esponja: podemos ser como la piedra a la que el agua sólo le alcanza superficialmente (mientras por dentro sigue dura y seca) y que no puede compartir con los demás (no se saca nada al estrujarla) o como la esponja que se deja penetrar por el agua por todas partes y que puede compartir su agua con otros (al estrujar la esponja sale agua).
Gesto que puede hacerse: aspersión con agua sobre las cabezas de los presentes o sumergir las manos en el agua.
b/ Si se utiliza la jarra y los vasos: podemos ser como el vaso boca abajo que no deja entrar el agua (sólo le moja por fuera), como el vaso tumbado que deja entrar muy poco de agua dentro de sí o como el vaso boca arriba abierto para acoger el agua.
Gesto que puede hacerse: beber un sorbo de agua saboreándola.
o Si se ve oportuno pueden hacerse algunas alabanzas al agua: Por el agua que creaste y viste que era buena. Bendito seas, Señor. Por el agua que, dividida en el mar Rojo, fue símbolo de liberación. Bendito seas, Señor. Por el agua que dada a beber con generosidad a los hermanos, es signo de amor como el tuyo. Bendito seas, Señor. Por el agua, que es bendita, alegre y viva cuando mana y corre limpia. Bendito seas, Señor. (tomado de Conocemos y caminamos con Jesús 3 [Sevilla], Guía del catequista, pp.141-142).
- El sacerdote o guía dialoga sobre el aceite y los oleos sacramentales.
Puede comenzar preguntándoles a los niños: “¿Para qué usamos normalmente el aceite?”. Posibles respuestas: Cocinar, aliñar las ensaladas y otras comidas, engrasar las máquinas (coches…), conservar alimentos (sardinas, queso, chorizo…), iluminar… De esos significados del aceite pero interpretándolos en sentido espiritual se sirve Dios en los sacramentos: para que sepa bien nuestra vida cristiana, para engrasarla con su Espíritu y así no chirríe nuestro vivir en cristiano, para conservar nuestro ser cristianos evitando que se corrompa, para ser luz de Cristo con nuestro vivir cotidiano…
- Después les enseña los tres óleos que se emplean en los sacramentos: el propio de los catecúmenos, el que se emplea para ungir a los enfermos y el crisma que se utiliza en el bautismo, la confirmación y el orden sacerdotal. En el crisma al aceite se le añade un poco de perfume. Una invitación a esparcir el buen olor de Cristo a través de nuestras obras cotidianas.
- A continuación se va cantando “Vienen con alegría, Señor” hasta el lugar en el que se encuentra la pila bautismal y el cirio pascual.
Vienen con alegría, Señor.
Vienen con alegría, Señor, cantando vienen con alegría, Señor, los que caminan por la vida, Señor, sembrando tu paz y amor.
3. EN TORNO A LA PILA BAUTISMAL
- Al llegar a la pila bautismal los niños la rodean. Los padres y catequistas se sitúan por detrás de los niños.
- Se explica a los niños la importancia de la pila bautismal. Lugar en el que se realiza la acción esencial del bautismo: echar un poco de agua en la cabeza del que se bautiza mientras se dice “N., yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Desde entonces somos hijos de Dios y miembros de su familia (la Iglesia).
Después se invita a los niños a besar la pila bautismal agradeciendo a Dios en el corazón ese gran regalo y también a hacer la señal de la cruz en su frente (después de haber mojado los dedos en el recipiente bautismal). Si se ve oportuno, puede animarse a los padres a que también besen la pila y se signen cada uno a sí mismo en la frente.
En este momento sería conveniente recordar a los niños y a sus padres que a partir de ahora, cuando entren a una iglesia, pueden recordar su bautismo, haciendo la señal de la cruz y si la pila de agua bendita tiene agua, haciendo esa señal con el agua.
Si se ve oportuno puede cantarse el estribillo de la canción “Mi Dios está vivo”
Mi Dios está vivo
OH, OH, OH, OH, HAY QUE NACER DEL AGUA. OH, OH, OH, OH, HAY QUE NACER DEL ESPÍRITU DE DIOS. OH, OH, OH, OH, HAY QUE NACER DEL AGUA Y DEL ESPÍRITU DE DIOS. HAY QUE NACER DEL SEÑOR (2).
- Se distribuyen las velas (y quien la haya traído de casa la saca) entre los padres de los niños (si no están se les entrega a los/as catequistas). Estos han de encenderlas en el cirio pascual (expresando de esta forma que quieren recibir la luz de Jesucristo vivo) y entregárselas a sus hijos o catequizandos (expresando ahora que quieren ser luz para ellos). A continuación se pide a los niños que miren la vela que tienen entre las manos y quieran cada día dejarse iluminar por Jesús e intenten iluminar a los demás al estilo de Jesús.
- Los niños –con las velas encendidas- son invitados a hacer la renovación de las promesas del bautismo y los padres a renovar su compromiso de educar en la fe a sus hijos.
Puede introducirse este momento con las siguientes palabras: “Confesar la fe es decir en voz alta, ante la Iglesia, que creemos en Dios Padre, en su Hijo Jesucristo y en el Espíritu Santo. También profesamos la fe cuando, ante los demás, decimos que somos cristianos y vivimos como discípulos de Jesús”.
A los niños puede preguntársele: “A vosotros, niños, que habéis crecido, que ahora sabéis hablar, pensar, amar, trabajar, ayudar, jugar..., os pregunto:
- ¿Renunciáis a ser egoístas, a creeros siempre los mejores, a querer tener la razón en todo, a portaros mal con vuestros amigos, a decir mentiras, a enfadaros, a portaros mal en casa y en el colegio, y a todo lo que pueda separaros de la amistad con Jesús?”
Respuesta de los niños: Sí, renuncio.
Después de las renuncias, los niños pueden hacer un gesto: estirar los brazos poniendo las manos expresando rechazo.
- “¿Creéis en Dios como Padre que nos quiere a cada uno como a hijo?”
Respuesta de los niños: “Sí, creo”.
- “¿Creéis en Jesucristo que se hizo hombre como nosotros, que no se cansó de hacer el bien, que murió por nosotros y que vive resucitado?”
Respuesta de los niños: “Sí, creo”.
- “¿Creéis en el Espíritu Santo que nos anima y fortalece para ser amigos de Jesús en su Iglesia y para hacer el bien a todos?”
Respuesta de los niños: “Sí, creo”.
- “¿Estáis dispuestos a seguir con ilusión este curso de catequesis que hemos comenzado y a dejaros acompañar por vuestros padres y por los catequistas?”
Respuesta de los niños: “Sí, estoy dispuesto”.
Mientras confiesan la fe, los niños pueden levantar la vela que tienen en la mano izquierda y poner la mano derecha como se hace en los juramentos (o colocarla sobre el corazón).
Después se les pregunta a los padres: “¿Os comprometéis a ser sal y luz para vuestros hijos proponiéndoles decididamente y con ilusión el conocimiento y el seguimiento de Jesucristo, como su mejor amigo?”
Respuesta de los padres: “Sí, me comprometo”.
- A continuación se reza la oración de la familia de Dios (el Padrenuestro) formando un círculo en torno a la pila bautismal y al cirio pascual, cogidos de la mano y manteniendo la vela encendida.
- Después se camina en fila, con las velas encendidas y cantando “Creo en Jesús” hacia un lugar de la Iglesia en la que haya una imagen de la Virgen María.
Creo en Jesús
Creo en Jesús, creo en Jesús. Él es mi amigo, es mi alegría, Él es mi amor. Creo en Jesús, creo en Jesús. Él es mi Salvador”.
4. ANTE UNA IMAGEN DE LA VIRGEN
- Puede acabarse la celebración con un momento dedicado a recordar a la Virgen María. Si hay alguna forma peculiar de hacerlo en la Parroquia, sería muy oportuno hacerlo así: un gesto, una oración propia…
A continuación ofrecemos otra posible forma:
oSe colocan los niños en semicírculo ante una imagen de la Virgen y se les invita a mirarla con cariño. Se puede preguntar a los niños que ven en esa imagen: cómo está la Virgen, qué actitud tiene, a quién mira… (La reflexión dependerá de la imagen de la Virgen ante la que se esté).
o Se reza una Avemaría subrayando que le pedimos que ruegue por nosotros como buena madre. Después se le puede dar un beso a la imagen o enviarle un beso (se da el beso a la propia mano y sopla sobre la mano en dirección a la imagen de la Virgen).
- Se invita a los niños a que piensen un deseo (que pueda gustarle a Jesús y a María que se lo pidan) y a que soplen la vela.
- Se propone a los niños y sus padres un compromiso para este mes: hablar con Dios nuestro Padre todos los días antes de dormirnos. Puede recordarse delante de Él algún momento del día bonito, pedirle perdón por algo o hacerle una petición por alguien. Y finalizar rezando despacio el Padrenuestro.
- Bendición final por parte del sacerdote: “Qué Dios, nuestro Padre, os bendiga y os guarde, que os ayude a caminar como hijos de la luz. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
- Puede concluir la celebración con una foto de todos los participantes.
Rellenar YO _____________________ hijo/a de _________________ y de _________________ fui bautizado/a en la Parroquia de ____________________
El día ____ de ___________ de ______ de manos del sacerdote __________
Fueron mis padrinos ___________________ y _________________________ Y estoy inscrito en el Libro de Bautismos _____, tomo _____ y folio _______.
Oración
Querido Padre Dios: estoy muy contento de ser hijo tuyo. Un día, mis padres de la tierra, me llevaron a la Iglesia para bautizarme. Así me salvaste del pecado, poniendo en mi vida tu propia vida divina. Yo era pequeño, y no me daba cuenta de nada. Pero sé, que desde entonces soy tu hijo y que Jesús es mi Hermano.
Qué regalo tan bonito, me diste ese día, Padre bueno. Pero puedo estropearlo como si fuera un juguete, y Tú sabes que no quiero. No dejes que algún día yo lo rompa. Que nunca rompa mi amistad contigo y con Jesús.
Ayúdame a hacer siempre lo que más te guste para que tu vida continuamente crezca en mí. Así, cada vez seré menos egoísta, procurando dar gusto a los demás, porque ellos también son amigos de Jesús. Que vive y reina contigo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amen.